viernes, 7 de diciembre de 2018

Esperar la plenitud de los tiempos


cuando venga de nuevo
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.

Con estas palabras reza la Iglesia el prefacio I de Adviento.  Si, hoy empezamos a celebrar la verdadera  esperanza cristiana. La Iglesia que pide la venida definitiva de Cristo en gloria y majestad. Ese día,  Santo y glorioso en que tendrá lugar la resurrección final. Para esto ya vino Cristo una vez haciéndose hombre, para realizar su obra de salvación dónde todos los hombres “lleguen al conocimiento de la verdad y se salven”. En estos días la Iglesia Alicante pide el cumplimiento definitivo de la obra de salvación y plenitud para el hombre.
Dios sigue con su pedagogía, viene, nos enseña, nos deja vivir lo enseñado y vendrá  a cumplir su enseñanza definitiva. Pero hoy cabe preguntarse si realmente la humanidad celebra y espera la plenitud de la obra de Cristo. O más bien celebran el momento de hacer caja, o en el mejor de los casos juntarse con los seres queridos.  ¿Qué celebramos realmente? ¿realmente estamos vigilantes y en espera de recibir los bienes prometidos de Dios?
Hoy, como reza el prefacio, pongamos nuestro corazón en vigilante espera, del día glorioso del cual “no sabemos ni el día ni la hora". Aguardemos y pidámosle a Dios que no nos dejemos embaucar por la sociedad más capitalista que nos rodea. Hoy, más que nunca, nos urge “estar en el mundo sin ser del mundo”. Pidamos a Dios vivir de esta esperanza, liberando nuestro corazón y nuestra vida de toda atadura.
FELIZ PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO.
Maximiliano García Folgueiras

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