¿Qué buscamos cuándo seguimos al Señor? Hoy el Señor
advierte sobre el peligro de las apariencias. Y es verdad que en nuestros días
podemos caer en el peligro de buscar a Dios por nuestro propio interés. Pero
cuando ese interés pasa, ¿seguimos buscando a Dios? No faltan casos de personas
que acuden a las iglesias simplemente por quedar bien ante los demás, o para
sentirse alguien importante por el mero hecho de que se le acepta.
Hoy me viene a la memoria la perícopa dónde dice que un
fariseo iba a rezar delante del templo y de pie, poniéndose todos los méritos
de todo cuanto hacía. Sin embargo detrás un publicano no se atrevía a levantar
la cabeza, mientras se repetía “ten misericordia de este pecador". ¿quién
de estos dos buscaba realmente a Dios? En un primer plano, los dos. Los dos van
al templo y van a rezar. Pero uno busca a Dios para ser reconocido, el otro
busca a Dios para ser salvado. ¿Qué buscamos nosotros?
Dios nos dice “buscad y encontraréis” porque es él, el que
se hará el encontradizo con nosotros. Él es el primer interesado en que le
encontremos. Él sale a nuestro encuentro, pero ¿qué queremos de él realmente?
Unos buscan saciar sus necesidades más básicas o más importantes en cada
momento, otros sentir que no están solos. Lo que el Señor nos invita es a
ponernos delante de él, y él que nos conoce sabrá correspondernos con lo que
necesitamos. No pongamos apariencias ante Dios, y acudamos a él buscando la
santidad a la que nos llama. Busquemos en él, su amor, su misericordia, su
entrega, su generosidad para con los demás. No busquemos el reconocimiento sino
el “SER Santos como él es Santo”.
Maximiliano García Folgueiras
No hay comentarios:
Publicar un comentario