Muchas veces hablamos del
ayuno cuando llega la cuaresma. Parece que es un enorme sacrificio el de
guardar el ayuno. Sin embargo, en esta cuaresma el Señor nos pregunta, ¿de qué
nos sirve no comer si no amamos al hermano? Sería en el fondo, como buscar un
premio por algo meramente externo, que no tendría ningún sentido, sino es el
interés. El ayuno que nos pide el Señor en esta cuaresma es amar a nuestros
hermanos, a nuestro prójimo, salir de nosotros mismos e ir al encuentro del que
tenemos al lado, muchas veces solo, muchas veces desnudo, muchas veces
hambriento o sediento, muchas veces pasando frío. Ver en aquella persona el reflejo
de Cristo sufriente, que está en nuestras calles. Abrir nuestra mirada hacía
ellos y acercarnos, como buenos samaritanos, para dedicar parte de nuestro
tiempo a ellos. En esta cuaresma deberíamos pretender hacer un mundo más justo,
gritando al Señor, como el profeta Isaías, “Aquí estoy”, ante la llamada
universal que nos hace el Señor hacía la santidad “Seréis santos, porque yo, el
Señor, vuestro Dios, soy santo”. No podemos engañarnos, no podemos relajarnos
ni justificarnos, estamos llamados a buscar la santidad, y esta búsqueda se
tiene que dar ahora, en el momento y circunstancia concreta en la que nos
encontremos. Una búsqueda que viene impulsada por la llamada del Señor y su
gracia que derrama en nosotros. Esta santidad pasa por el amor y el sacrificio
cuaresmal, fijándonos en cómo actúo el Señor con amor y misericordia para con
los demás. Deberíamos caer en la cuenta de cómo el Señor se entregó por
nosotros, ¿qué hacemos nosotros por los demás? “Os aseguro que cada vez que lo
hicisteis con uno de mis hermanos, conmigo lo hicisteis”. ¿Estamos dispuestos a
amar al prójimo? ¿Estamos dispuesto a buscar la Santidad en esta cuaresma? No
perdamos el tiempo, pues éste apremia, es el tiempo de la misericordia, es el
tiempo de la Salvación. Caminemos en esta cuaresma en el amor a los demás y en
búsqueda a la santidad.
Maximiliano García
Folgueiras
. Maravilloso tema para reflexionar cada mañana que somos llamados para compartir y amar....
ResponderEliminar