¿Cuándo perdemos la esperanza? Hay un dicho de que la “esperanza es lo último que
se pierde”, sin embargo, en muchos momentos nos vienen circunstancias en las
que parece que todo está perdido y ya no hay solución. Nos dejamos llevar por
el pesimismo que circunda la sociedad y apartamos nuestra mirada de la fuente
de la esperanza: Jesucristo. En estos momentos podríamos reconocernos en las
palabras de Marta, con la muerte de su hermano Lázaro: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano”, lo que
traducido a nuestros días es lo que tanto se oye de “si Dios existiese, no
pasarían las cosas malas que suceden”. Es evidente, que en estos momentos la
mirada se aparta de Dios, fuente de toda esperanza. En estos momentos parece
que ya no hay solución. Pero Marta nos enseña la importancia de rectificar, la
importancia de recordar lo que hizo el Señor por nosotros y los motivos que nos
da para poder seguir esperando “Aún ahora
sé que todo lo que pidas, Dios te lo concederá”. No podemos dejar de
escuchar estas palabras en nuestro corazón, en todo momento, en toda situación,
por duro y difícil que sea, Dios está preparado y deseoso de actuar en nuestro
favor. Dios no nos abandona y nos pregunta “¿crees
esto?” Marta entonces, a pesar del momento difícil, fue capaz de reconocer
que Jesús estaba presente, que el Mesías, el Hijo de Dios, se había hecho
presente para traer la salvación, la luz y la plenitud al mundo. ¿Qué
respondemos nosotros? ¿reconocemos a Cristo presente entre nosotros? Sigamos viviendo
esta cuaresma, siendo conscientes del camino que el Señor realiza con nosotros en
esta vida.
Maximiliano García
Folgueiras