Nuestra
luz es nuestra vida, con nuestros dones, creencia, valores…
Queremos
salir de nosotros mismos y alumbrar la oscuridad de aquellos lugares
que no conocen a Dios y que necesitan un faro que alumbre el camino.1
Hoy
Miércoles de ceniza comenzamos un tiempo especialmente importante
para los creyentes. El tiempo en el que nos adentramos en nosotros
mismos para conocernos y detectar en nosotros aquellas cosas que
deben ser cambiadas. ¿Cambiadas, para qué? Deben ser cambiadas para
acercarnos cada vez más a aquel en quien creemos, que es Jesucristo.
Evidentemente,
conocernos, no sólo es fijarnos en lo que tenemos de malo para
cambiarlo, sino también fijarnos en lo que tenemos de bueno para
potenciarlo. Dios no se equivocó al crearnos, de ahí que nos creara
con dones, creencias y valores. Esto es algo, que en esta cuaresma,
también estamos llamados a potenciar en nosotros, con una acción de
gracias por todo lo que Dios nos da. Dios no se olvida de nosotros.
Dios, sabe que el camino del adentramiento en uno mismo, siempre
resulta difícil, pues el hombre siempre tendrá la tentación de que
cuando vea algo que no le gusta, echar marcha atrás y dejar de
adentrarse en su mismidad. Es en estos momentos cuando tendremos que
potenciar aún más nuestra oración con ese “no nos dejes caer
en la tentación” que tantas
veces rezamos en el Padrenuestro. Es en esos momentos, donde
tendremos que afianzarnos más en el amor de Dios que no nos
abandona. En el fondo, es en esos momentos donde tendremos que
potenciar más nuestra creencia en el amor de Dios, donde tendremos
que potenciar más la Fe.
Si,
cuaresma, es potenciar la fe. Es saber que en la vida habrá buenos y
malos momentos. Pero es saber que todos esos momentos, no los pasamos
solos, sino que siempre vamos acompañados por Dios, que camina a
nuestro lado.
Esta
luz de la Fe, es la que debemos potenciar y llevar a los demás. El
papa Francisco nos insiste en salir a las calles, en evangelizar, en
hacer lío. Esto no es otra cosa sino llevar a Dios a los demás. Ser
luz en el camino de los demás. Muchos pasarán estos cuarenta días,
que la Iglesia nos deja, como si no pasara nada. Muchos los vivirán
como días normales. Quizás no se trate tanto de ir con un palo
“ofreciendo” la conversión. Sino que es palo, más bien, debe
ser un faro, con nuestra actitud y con nuestra oración, que les
lleve a los demás a preguntarse por el sentido de estos días.
Hoy
se nos dice: “conviértete y cree en el evangelio”.
Que estas palabras que hoy nos dicen cuando se nos impone la ceniza,
sean el eco de nuestros corazones durante esta cuaresma. Tenemos
cuarenta días para convertirnos y creer cada vez más en el
evangelio, en la Palabra de Dios. Tenemos cuarenta posibilidades
nuevas para acercarnos cada vez más a Dios y convertirnos en Luz
para los demás. Tenemos cuarenta oportunidades para decir SÍ al
Señor y seguirle como verdaderos creyentes.
¿Quieres
aprovechar estos cuarenta momentos que se nos ofrecen? Pongámonos en
las manos del Señor, y escuchemos atentamente su palabra y hagámosla
vida en nosotros, para ser así luz para los demás.
Feliz
Cuaresma.
Maximiliano
García Folgueiras
1Blog
“reflejos de luz”, dinámicas sobre la cuaresma.
Quiero ser luz y escuchar la palabra de Dios, que de en mi Fortaleza.
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