Dios en su inmenso amor quiso hacerse hombre para compartirlo todo con nosotros. Se quiso poner en nuestras manos, como un bebe, para que le mostrásemos nuestros cuidados y nuestra ternura. Después es Él quien nos acoge y nos abraza para levantarnos y guiarnos hacía la vida que Él nos tiene prometida. Por eso, que en estas fiestas de Navidad, nuestro corazón se llene de agradecimiento a todo un Dios que ha querido hacerse pequeño para hacernos a nosotros grandes. Gratitud a todo un Dios que se ha despojado de su categoría para mostrarnos su amor y su Salvación. Vivamos estas fiestas unidos en un abrazo a nuestro Señor. El abrazo de María cuando le tuvo en brazos en Belén y en Jerusalén y el abrazo que Él nos da a todos los hombres.
FELIZ NAVIDAD
Maximiliano García Folgueiras
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