jueves, 25 de julio de 2019

Permanecer a los pies de Cristo

Permanecer a los pies de Cristo
“No hay lugar más alto nivel más fuerte que estar a tus pies”, así reza el estribillo de una
canción. Y es cuando me he dado cuenta del tiempo que perdemos en buscar posiciones de
prestigio. No dejamos de hacer cosas para ganarnos la confianza de los demás. Y, rezando con
esta canción, me preguntaba por qué perdemos tanto tiempo en cosas superfluas. Me daba
cuenta de que cuánto más hacíamos para ganar confianzas o posiciones de prestigio, más
hipotecábamos nuestra vida a esa forma de actuar y pensar. ¿de verdad queremos vivir sin
libertad? Dios nos ha hecho libres, Dios quiere que vivamos en su libertad y somos las
personas las que nos empeñamos en vivir a expensas de esta libertad para vivir en la esclavitud
humana de los unos con los otros, en la esclavitud de aspirar a vivir siendo alguien o teniendo
un prestigio que sólo las personas nos ponemos como meta.
En esta canción, me doy cuenta de que ponerse a los pies de Cristo, unos pies cansados, unos
pies agujereados, unos pies sangrantes, unos pies clavados, ponerse debajo de estos pies, es
lo más grande y lo más fuerte, porque es en estos pies donde está la vida, donde está la
salvación, donde está la iglesia, donde está la Virgen, modelo de discípula y de creyente. Como
cristianos nuestro lugar está a los pies de Cristo.
Si estás pasando por un momento feliz, alegre y esperanzador, permanece a los pies de Cristo
y ve en ellos la esperanza de la Vida Eterna, la esperanza de la vida, y escucha como este es
una madre y una Iglesia para seguir afianzando esa alegría y esa esperanza.
Si estás pasando por un mal momento, permanece a los pies de Cristo, y ve en ellos el dolor, la
pasión y la esperanza que nos muestra el mismo Cristo que se entregó y murió por nosotros.
Los pies de Cristo es el lugar donde nos lavamos con la misericordia de Dios, donde senos
promete el Paraíso, donde se nos enseña que la entrega y la generosidad y sobretodo el amor,
tiene un precio y tiene un Premio, el ciento por uno y la vida eterna.
Maximiliano García Folgueiras

sábado, 5 de enero de 2019

Vivir con intensidad lo pequeño


¿En qué se fija el ser humano? Hoy el hombre va tan rápido por la vida que apenas se fija en lo que hay a su alrededor. Hoy el hombre está tan sumido en la tecnología, que suelen ir mirando sus aparatos tecnológicos y no lo que le rodea. Sólo hay una manera de parar al ser humano y hacerle darse cuenta que hay más mundo allá de su propio mundo, cuándo algo grande  o ruidoso ocurre.
Hoy el mundo está tan metido en su propia vida, que apenas se fija en los demás. Pero entonces surge la pregunta ¿podemos vivir siempre así? Muchos posiblemente respondan sí, porque así no tienen que salir de su zona de confort. Pero la gracia de la vida está en fijarse en lo más sencillo,  en aquello en lo que quizás nadie dé importancia. Aquello que parece carecer de valor. Estas son las mayoría de las cosas que nos rodean,  donde nos jugamos la vida cada momento. Y ¡nos lo estamos perdiendo, porque creemos que no tiene valor! ¿No tiene valor aquello en lo que te juegas la vida a cada instante? Claro que sí. Normalmente decimos que muchos pocos hacen un mucho, pero en realidad,  ese poco puede llegar a resultar ser mucho,  todo depende de la intensidad y la importancia que demos a esa situación o a ese acto.
No desperdiciemos los momentos de nuestra vida,  aprovechémoslos y vivamos con intensidad hoy y todos los días de nuestra vida. Vivamos entregados a cada momento y situación y no permitamos que nada ni nadie nos haga perder la belleza de la vida, que no está en lo majestuoso, que no está en lo ruidoso,  sino en lo callado,  en lo silencioso, en lo pequeño  de cada día, momento o situación.
Maximiliano García Folgueiras