sábado, 27 de octubre de 2018

Vivir la auténtica conversión


La fe sin obras es vana, carece de sentido. Si, la conversión se tiene que mostrar en las obras que hacemos, en los frutos que damos. Si tenemos un árbol frutal y no da fruta, para qué se quiere. Hoy el Señor nos muestra que ese fruto puede ser la sombra, en un momento dado hasta que de verdad de fruto de verdad.
El Señor sale a nuestro paso, nos da nuevas oportunidades cada día para que demos frutos de conversión. ¿estoy dispuesto a aceptar la oportunidad de hoy? ¿qué voy a hacer para aprovechar la oportunidad? Sólo puedo aprovechar la oportunidad si estoy atento a su paso por mi vida. Para ello, hay que apartarse de las voces de hoy que gritan y claman “vive y haz lo que quieras que así serás feliz". La felicidad no depende de hacer lo que nos place en cada momento, sino de ser leal con el llamamiento de la fe. Vivir acorde con la fe que hemos recibido. Vivir la fe, supone vivir de la acción de Dios en nuestra vida. Dejar que sea el Espíritu Santo el que guíe nuestra vida. Sólo así,  podremos ser capaces de dar fruto. Si no nos dejamos guiar y hacer por el Espíritu Santo,  estaremos viviendo una fe superficial. Esa fe, que desgraciadamente tanto se ve en nuestras parroquias, donde se crea discordia y división.  El fruto de la conversión, no es otro sino el amor. Ese amor que construye lazos de unión,  ese amor que hace reconocer al otro  como un hermano. Ese amor que hace caminar juntos hacia el Señor. Ese amor que nos hace querer vivir de la misericordia y de la compasión,  la verdad,  la justicia y la solidaridad.
Vivamos la conversión del amor. Vivamos la conversión auténtica,  aquella que nos hace dar frutos de salvación y vida eterna.
Maximiliano García Folgueiras.

domingo, 14 de octubre de 2018

La riqueza en lo escondido

Hoy, en nuestra sociedad está bien visto lo políticamente correcto. Se da mucha importancia a lo externo, a lo que otros puedan ver u oír. Hoy hay mucho desgaste en la fachada. Parece incluso, que el buen cristiano es aquel que se deja notar, que participa en todo, que le gusta llevar la voz cantante. Pero ¿esto es el cristianismo? Jesús nos pedía que nos encerráramos en nuestra habitación, que nuestro Padre ve en lo secreto y escondido. Podemos hacer muchas cosas, pero, ¿Qué hay en nuestro corazón? ¿a qué está sujeto nuestro corazón? ¿Qué nos esclaviza? Preguntas que van directamente a lo secreto y escondido de nuestro ser y de nuestro actuar.
El cristianismo no se trata de vivirlo de apariencias, sino de experiencias de encuentro con el único Dios que salva. ¿cuántas experiencias de este tipo he tenido? Éstas quedan entre uno y Dios. Lo único que se verá es cómo esa experiencia cambia la vida. Si no la cambia, sí sigo con mi vida igual que antes, sí lo que busco es honor y fama, entonces no habrá una verdadera experiencia de amor. ¿acaso nuestra madre va alardeando de lo que hace por nosotros porque nos quiere? ¿acaso nuestra madre muestra a los demás sus acciones para con nosotros? ¿O lo hace en el silencio y en lo escondido del amor?  El amor son obras, obras llenas de humildad, como la de Cristo en la cruz. “No hay mayor amor que dar la vida”. Jesús pasó haciendo el Bien por amor y no por reconocimiento. El amor, la entrega y el servicio eran su mayor riqueza, ¿cuál es la tuya? “ahí dónde esté tu corazón, ahí está tu tesoro“ ¿cuál es el tesoro de tu vida? Hoy tienes una invitación a ir en su búsqueda, “vende y dona tus riquezas y sigue al Señor“ ¿estás dispuesto? O ¿prefieres la tristeza de llenar tú corazón de vanidad, orgullo y fama? Busquemos el tesoro en lo escondido y vivamos el auténtico cristianismo del amor, la entrega y el servicio.
Maximiliano García Folgueiras

Evangelicemos todos como Iglesia


Buscar la seguridad en el amor

Hoy la Sociedad suele buscar puestos importantes. La sociedad de hoy busca el sentirse privilegiado de alguna u otra manera. En el fondo, sentirse importante es sentirse seguro. Y esta seguridad se busca a todos los niveles, afectivo, intelectual, familiar, laboral etc. Hoy se busca ser reconocido para sentir una seguridad personal que nos dé tranquilidad.  
Pero hoy, se nos lanza una pregunta, ¿Qué es más importante, estar reconocido socialmente o ser amado personalmente? ¿Acaso, se puede estar tranquilo con falta de amor? Si se busca en lo más íntimo del corazón, lo que más necesita el ser humano, es ser amado. Este sentimiento es el que da la seguridad para caminar con valentía por la sociedad. Es, lo que anhela y busca la humanidad. No podemos dejarnos engañar por lo que nos viene de fuera. La verdadera seguridad está en el amor, ese amor que experimenta el niño cuando está con sus padres. Ese niño no busca ningún reconocimiento, sino experimentar una y otra vez el amor de sus padres.  Por eso, hoy se nos ponen de ejemplo a todos.  Son ellos, los niños, los indefensos, los frágiles, los que nos enseñan a buscar la seguridad en medio de la Sociedad.  
Hagámonos como niños, reconozcamos el amor y vivamos en búsqueda continúa del amor, que nos hace vivir tranquilos y seguros. Dios nos ofrece día a día su amor ¿Lo escogemos? 

Maximiliano García Folgueiras